Política y Maratoniana.

 Hoy, al realizar un recorrido en coche me ha saltado la radio encendida. No recuerdo si era Radio 4 u otra. El caso es que hablaban de una nueva portavoz de un partido político. Como desconocida hasta la fecha para el pública en general ha comenzado la periodista a describirla. Y ya que estoy, la describo yo a ella.

La periodista tenía voz de joven. Como de alguien que lleva algún tiempo haciendo radio pero que no goza todavía de experiencia suficiente que le otorgue seguridad. Una forma de hablar algo extravagante que busca subrayar innumerables datos que da más allá de relativizarlos en lo que son: datos. Pues bien, esta periodista era la que describía a la política ascendida de cargo.

Primero comentó su formación académica, después sus inicios en política. Más tardé citó los cargos políticos de relevancia citando algunos datos de refilón, como que convirtió un ayuntamiento deficitario a uno con superávit. y más tarde su forma de ser, aficiones y los nuevos retos a los que se enfrentaba.

Me parece muy curioso que hablando de un país, si más no, notorio por sus escándalos de corrupción, se pase por alto el del tema económico. Ojo, no digo que no haya robado, a pesar de haber consigo el superávit, ni que sea sólo mérito de ella. Sólo digo que me parece remarcable.

Pero el dato más curioso a mi entender que ha manifestado la periodista es que acerca de su forma de ser ha comentado "algo así" como persona discreta, que no hace aspavientos, (y más cosas en la línea) que como sumario ha englobado en los adjetivos de < aburrida y sin carácter >.

En ese punto me ha empezado a hervir la sangre. Es curioso que aspectos como la discreción y la corrección en pocos años hayan devenido en defectos para una clase periodística que sólo desea espectáculos, también en la vida política. Me sorprende que, estando como estamos, se incentive el mensaje hacia los políticos por parte del periodismo de que queremos "personas espectáculo". Impulsivas. Me parece un error garrafal y una actitud que describe con clarividencias el "bajo periodismo" formato "sálvame deluxe". Si no da escenas dantescas, no me sirve. Un nivel periodístico que a sabiendas de que busca empacharnos de noticias, sabe que debe enuciar a cada vez algo más fuerte, grotesco, o impresionante que lo anterior para seguir llamando, aunque sea exhaustamente, la atención del público. Público que aunque aburrido por las variopintas noticias que salen, se enfrenta a una forma de información que lejos de encaminarle a realizar cambios en su vida personal y de participación social, nos aíslan, alejan y sólo crean 2 cosas (si no más): una dependencia a mantenernos constantemente informados, y una tendencia a dibujarnos un cielo cada vez más gris sobre nuestras cabezas (pues básicamente se tratan de noticias "malas" para la mayoría, o al menos, así esperan que las interpretemos...



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